Tratamiento multidisciplinar en fibromialgia
Hace varias décadas, el buen médico era el que sabía de todo, desde la enfermedad que podía tener un niño hasta las dolencias crónicas de las personas mayores, pasando por las enfermedades ginecológicas de la mujer e, incluso, atender a sus partos. También sabía hacer alguna cirugía menor, y trataba los problemas traumatológicos más habituales como las fracturas. Este era el médico de cabecera de entonces, y todas las familias estaban deseando tener uno: el mejor posible.
Más tarde, surgieron los médicos que comenzaron a tratar un grupo de enfermedades concretas relacionadas entre sí, dando lugar a los especialistas, que es lo más frecuente hoy día. Y más recientemente, incluso, han aparecido los super especialistas, que se dedican ya a tratar exclusivamente una sola enfermedad o un solo órgano. Pero da la casualidad que el ser humano es mucho más complejo que un solo órgano, y las enfermedades, aunque atacan preferentemente a un órgano específico afectan en mayor o menor medida al resto del cuerpo ocasionando múltiples consecuencias a medio o largo plazo que aparentemente nada tienen que ver con la enfermedad inicial. Si el médico especialista se centra en tratar solamente la enfermedad que le corresponde por su especialidad, se le van a escapar otros muchos problemas que van a ocasionar al paciente consecuencias importantes, algunas de ellas incluso más relevantes que la propia enfermedad.
Por ejemplo, ¿sabías que la causa más frecuente de mortalidad entre los pacientes con artropatías inflamatorias son los problemas cardiovasculares? Estos aparecen por la propia enfermedad inflamatoria que afecta también al corazón y a las arterias, pero también como consecuencia de los tratamientos que se dan en estas enfermedades. Si no lo tenemos en cuenta y no los tratamos conjuntamente desde el comienzo de la enfermedad, el paciente podría fallecer de un infarto, eso sí, sin el dolor que le ocasiona la artritis. Totalmente paradójico, ¿verdad?
En los últimos años los especialistas nos hemos dado cuenta de esto y sabemos ya que no solo hay que tratar la enfermedad de nuestra especialidad, sino cualquier otra que se asocie o sea consecuencia de ella. De esta forma, los tratamientos multidisciplinares que abarcan diferentes modalidades terapéuticas se han puesto de moda para tratar la mayoría de las enfermedades, sean crónicas o agudas. Nada mejor que aplicar esta teoría a una enfermedad como la fibromialgia, que se caracteriza por manifestaciones clínicas en múltiples órganos y sistemas, y en donde sabemos que un tratamiento basado exclusivamente en una sola modalidad terapéutica, por ejemplo, exclusivamente en el tratamiento farmacológico, va a resultar insuficiente para mejorar la situación del paciente.
En los tratamientos multidisciplinares se tratan también los aspectos relacionados con las consecuencias que la enfermedad produce en la vida del paciente. Por esta razón, incluir a otros especialistas no médicos, como psicólogos, nutricionistas, fisioterapeutas, terapeutas de pareja, sexólogos, trabajadores sociales, etc., en el tratamiento integral del paciente con fibromialgia, tiene muchas más posibilidades de éxito. Desde el punto de vista de la evidencia científica (la certeza que tenemos sobre la eficacia de los tratamientos), el tratamiento multidisciplinar de los pacientes con fibromialgia es el que ha demostrado mayor eficacia. Por esta razón, las más importantes sociedades científicas como la americana, la alemana, la europea y la nuestra, aconsejamos el tratamiento multidisciplinar como la forma más eficaz de tratamiento de los pacientes con fibromialgia.