REALIDAD VIRTUAL VS. DOLOR CRÓNICO
Según Crofford LJ 2015, el dolor crónico es uno de los problemas clínicos más difíciles al que se enfrentan tanto los médicos como los pacientes en la actualidad, ya que debido a la duración del dolor crónico, este suele ir acompañado de procesos psicológicos como ansiedad o depresión, dificultando la completa recuperación del paciente. Además, el tratamiento actual se basa en fármacos, los cuales suponen un gran coste sanitario. La amplificación del dolor central es el dolor percibido que no se puede explicar completamente sobre la base de procesos somáticos o neuropáticos, y se debe a alteraciones fisiológicas en la transmisión del dolor o en las vías moduladoras descendentes.
El dolor regional crónico está presente entre el 20-25% de la población y el dolor crónico generalizado está presente en aproximadamente el 10% de la población.
El desarrollo del dolor crónico se asocia a eventos estresantes y los síntomas a menudo aumentan y disminuyen dependiendo del estrés percibido, por lo que, además de tener una base en los síntomas motores, hay un importante componente psicológico, que intensifica los síntomas propios del dolor crónico.
La realidad virtual en el dolor crónico
Gracias el avance de la tecnología, las hipótesis de algunos investigadores de 1980-90, se esta haciendo posible la investigación de la realidad virtual para el tratamiento del dolor. En las últimas revisiones como la de Pourmand A, et al 2018. se apoya la hipótesis de que las terapias basadas en realidad virtual son capaces de distraer la atención del paciente sobre su dolor, disminuyendo el estrés y contribuyendo así a la desaparición del dolor crónico.
Dentro de la Fisioterapia, la realidad virtual se puede clasificar en inmersiva, semi- inmersiva y no inmersiva. Respecto a la realidad virtual inmersiva, Lee SH et al. afirman que se trata de una situación en la que el paciente tiene la percepción de estar físicamente en un entorno virtual. Por otro lado, la realidad virtual semi-inmersiva hace referencia a la situación en la que el paciente tiene sensaciones más débiles de estar en un entorno virtual, aunque en todo momento es consciente de su situación. Por último, la realidad virtual no inmersiva refiere a la situación en la que el paciente no tiene sensación alguna de estar dentro del entorno virtual, es ajeno a todo tipo de sensaciones inmersivas.
La realidad virtual es una prometedora herramienta de trabajo para mejorar la funcionalidad de aquellos pacientes que la han perdido y existen indicios que indican que puede ser una herramienta de uso para otras patologías. Sin embargo, la evidencia no es suficientemente robusta, con lo que es necesario realizar más estudios con buena calidad metodológica y prolongados en el tiempo que permitan acotar las dosis y duración para objetivar, tanto su eficacia como su relación coste-efecto.
En OnelifeCenter, como centro multidisciplinar y especialista en el tratamiento del dolor crónico, seguimos de cerca la evolución de la realidad virtual para integrarla lo antes posible a nuestros tratamientos y así ayudar a los pacientes con dolor crónico.
Unidad de Psicología y Fisioterapia en OnelifeCenter