Onelife Center

Dolor crónico, la ‘pandemia silenciosa’

Hoy, 17 de octubre se celebra el Día Mundial contra el Dolor, una jornada que la OMS dedica a sensibilizar a la sociedad y a los profesionales de la salud sobre el impacto que el dolor tiene en la vida de las personas. Hoy se estima que el 25% de la población mundial, es decir, 11,5 millones de españoles, sufren dolor crónico  entendiendo por tal aquel que dura más de 3-6 meses y es, en sí mismo, considerado una enfermedad, no un síntoma.

Además, el dolor crónico es muy frecuente en las personas que padecen fibromialgia , síndrome de colon irritable, síndrome de miembro fantasma o fatiga crónica.

El crecimiento del dolor crónico, además, es exponencial: se espera que su incidencia se duplique en los próximos 20 años, convirtiéndose en una de las principales causas de baja laboral y absentismo. Este crecimiento se debe al estilo de vida actual:

  • Mayor nivel de estés
  • Sedentarismo
  • Dieta rica en alimentos proclives a la inflamación (proinflamatorios)

Pero, ¿cuál es el origen del dolor crónico? Tiene origen en factores biológicos, emocionales y sociales, lo que llamamos, origen biopsicosocial.

  • Biológicos: Los factores biológicos del dolor crónico son más fáciles de identificar (lesiones musculo-esqueléticas, enfermedades neurodegenerativas o alteraciones congénitas, entre otras causas).
  • Emocionales o psicológicos: cuyo origen está en la vivencia de experiencias difíciles que han provocado ansiedad, depresión y estrés, de forma prolongada en el tiempo. Todos ellos predisponen a la aparición de dolor, que puede evolucionar de agudo (acotado en el tiempo) a crónico. Los tratamientos utilizados de manera habitual para tratar el dolor, como la fisioterapia, medicación e, incluso, intervenciones quirúrgicas, no consiguen mitigarlo y esto se traduce en frustración, desesperanza, sentimiento de culpa o de injusticia, llegando incluso a la ira.
  • Sociales: cuando se trata de situaciones (abuso, bullyng, rechazo, etc.) o contextos que pueden conducir a la exclusión social o a una vida personal desestructurada (situación económica inestable, problemas de pareja, problemas laborales, pérdidas de personas allegadas…), sus consecuencias pueden ser similares a las provocadas por los los factores psicológicos.

Esto sin duda, incide de forma negativa en la calidad de vida de la persona afectada por dolor crónico y puede llegar a tener un gran impacto emocional (incertidumbre sobre la duración del dolor y su evolución), cognitivo (lagunas de memoria y problemas de atención) y social (aislamiento, sensación de incomprensión, la mayor parte de las veces, injustificada).

Los principales tipos de dolor crónico son: migraña y cefaleas ; dolor cervical y orofacial (boca, mandíbula, oídos y sienes) ; lumbar y ciático ; neuropático  (errores de funcionamiento del sistema nerviosos central, es decir, cerebro y médula, y/o del sistema periférico, como son los nervios); suelo pélvico ; artrosis y osteoporosis (articulaciones); tendinopatías y tendinitis (tendones).

contactaPedir información